LA NACIÓN/Mariela Arias.- RIO GALLEGOS.- Juan Carlos de Goycoechea se veía nervioso, revolvía el café con fuerza en el hall de un hotel céntrico de esta ciudad. Con el ceño fruncido desproticaba contra un artículo de La Nación que revelaba irregularidades en la usina termoeléctrica que Isolux Corsán construía en Río Turbio. Pasaron seis años desde entonces, ya no es CEO de Isolux, desde ayer está detenido, y la usina nunca se terminó. De Goycoechea, de 53 años, abogado y docente universitario, fue uno de los últimos en entregarse ante el juez federal Claudio Bonadio en el caso de los cuadernos de la corrupción. Casado con María Rosa Cavallo, oriunda de Esquel, allí se encontraba junto a su familia cuando su nombre trascendió en la lista de empresarios involucrados en la causa. Al no ser encontrado en sus domicilios de Córdoba, avisó que estaba esquiando y se presentaría en Comodoro Py en las próximas horas. Estaba en las pistas de La Hoya, el centro de esquí de Chubut. Allí analizó si entregarse y quedar detenido en algún dudoso calabozo de las comisarías de Esquel, o organizar su viaje, por tierra, hasta Buenos Aires. Temía que si lo hacía en avión, podía quedar detenido en el aeropuerto. Pero no solo llegó tarde a Comodoro Py, también faltó a dar clases en la cátedra de la Universidad Nacional de Córdoba y sus alumnos lo publicaron en las redes sociales. El abogado integra el plantel de la Facultad de Derecho, según publico La Voz del Interior. En la Universidad analizaban ayer su situación, ya que la normativa interna indica que si un docente está detenido debe ser suspendido del cargo, confirmaron fuentes de la entidad a la nacion. Según sus datos oficiales, es socio del estudio de abogados "De Biasi, Castellanos y De Goycoechea", ubicado en pleno centro de la capital cordobesa, y según publicita en su página web, tiene entre sus clientes reconocidos bancos y firmas españolas entre ellas figura Isolux Corsán, de la cual fue primero asesor externo y luego presidente en Argentina hasta ser nombrado como director regional para Latinoamérica. Con la firma, ganaron la licitación para construir la Central Termoeléctrica a carbón en Río Turbio en la que el estado nacional destino cerca de $2850 millones y unos $4000 millones en la extensión del interconectado. "Tras la fallida inauguración de Cristina Kirchner en 2015, apenas estuvo unos días encendida y ya no funcionó mas", detalló a La Nación, Omar Zeidán, actual interventor de Yacimientos Carboníferos Fiscales quien tuvo a su cargo realizar las auditorías internas de YCRT y de la central. "Nunca la terminaron, se convirtió en un monumento a la corrupción", detalla Zeidán, cuyas denuncias por corrupción dejaron a Julio De Vido en la cárcel. El gobierno nacional aún debería invertir US$250 millones para terminarla. En marzo de 2017 Isolux Corsán despidió a la cúpula directiva del grupo en Argentina, incluido a De Goycoechea, tras detectar irregularidades en la gestión y la posible comisión del delito de malversación de fondos. Amigos cercanos a De Goycochea explicaron ayer que la empresa le jugó una mala pasada, y le habría armado una causa para no pagarle las comisiones adeudadas. En marzo de este año, el gobierno nacional rescindió el contrato de la obra con Isolux. La usina ahora está en la órbita de Energía, parada, sin terminar y con custodia en la puerta. Con la colaboración Gabriela Origlia, corresponsal en Córdoba