EL CALAFATE.- Tres semanas de clases perdieron los 150 niños que asisten al jardín 63 Koraiken de esta ciudad porque el edificio tenía las calderas rotas. El Consejo Provincial de Educación estaba notificado desde antes del receso escolar, sin embargo las calderas no llegaron a tiempo ni antes del inicio de clases ni nunca. Las clases empezaron el lunes 18 de marzo en el turno tarde, pero las calderas que supuestamente el IDUV envió a comprar nunca llegaron. El martes 19, empezó también el turno mañana. ¿Cómo se explica que pese a que ni el IDUV ni el CPE lograron arreglar en tres meses las calderas rotas, el lunes las clases finalmente se iniciaron? El viernes 15 de marzo un grupo de padres concretó una audiencia con el intendente de El Calafate, Javier Belloni, y en 24 horas, pese a ser día sábado, empleados municipales instalaron una caldera nueva en el jardín y la dejaron funcionando. El lunes al mediodía el IDUV realizó la inspección correspondiente y el Consejo de Educación autorizó el inicio de las clases.  Contra reloj, desde la dirección de la escuela avisaron a los padres a través de grupos de Whatsapp que los alumnos del Turno Tarde del Jardin 63 finalmente iniciarian el ciclo lectivo 2019. Los funcionarios provinciales ausentes y enojados La intervención del municipio local no cayó bien en las autoridades provinciales quienes se lo hicieron saber,  tanto al intendente como a los directivos del establecimiento. Este hecho pudo confirmarlo Winfo Santa Cruz a través de tres fuentes, quienes mencionaron entre las más ofuscadas a la directora de Nivel, Alejandra Godoy. Lo concreto es que más allá del enojo, las autoridades provinciales, tanto del CPE como del IDUV, no emitieron ninguna comunicación oficial respecto del avance de las obras de reparación o de compra de la caldera que ya había salido de servicio en noviembre del año pasado por los cuales las actividades en el Jardín 63 se suspendieron durante dos semanas.  Desde el lunes 25 de febrero, hasta el 18 de marzo, ninguna autoridad provincial informó a la comunidad educativa cuánto tiempo demandaría la solución y por lo tanto cuándo estimativamente comenzaría el ciclo lectivo.  La incertidumbre en los padres fue total, hasta el mismo día en que se iniciaron las clases. Dudas y previsiones Ante esta situación los padres quieren conocer ahora si hubo un concurso de precios para llamar a reparación de las calderas o una licitación para la compra. Tampoco se conoce en qué situación queda ese proceso en el caso de que deban suspender el trámite de compra o licitación toda vez que la caldera ya la instaló el municipio. Los padres aún esperan estas respuestas para tener una mínima previsión ante una posible futura nueva rotura del sistema de calefacción que ya sufrió desperfectos en dos ocaciones a pesar de que el edificio del Jardín 63 fue inaugurado en octubre de 2016. Nadie conoce tampoco si la obra está aún en garantía, o a qué razones obedecen las imperfecciones en las calderas, si a fallas de origen o a falta de mantenimiento de las mismas.  Cabe consignar que esta tarea es responsabilidad del IDUV desde enero de 2018, cuando el Consejo de Educación transfirió al IDUV el mantenimiento de los edificios escolares de toda la provincia, junto con el manejo de los fondos que con este fin se conforma con el aporte del 3% de las regalías que percibe la provincia.