Pilar Escalante y Diego Coifman tenían previsto casarse el viernes 20 de marzo pero la declaración de la pandemia de coronavirus los obligó a suspender la ceremonia. La cuarentena les impidió realizar la fiesta que habían planificado durante meses, pero no pudo empañar el amor. Dieron el "si" y se colocaron las alianzas en el living de su casa, en medio de una ceremonia vitual transmitida por teleconferencia para familiares y amigos.

"Hoy estaba medio enojada Pili porque no le daba mucha bola", contó Diego Coifman (Nacido en Río Gallegos) a los familiares y amigos de la pareja, durante la teleconferencia que montó para transmitir en directo y sorprender a su novia, Pilar Escalante, quien se había resignado a posponer su matrimonio hasta que se supere la pandemia por el coronavirus.

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El día y la hora elegida no fue casual, era viernes 20 de marzo 11.30 horas, la fecha que habían reservado en el Registro Civil para concurrir a la cita de sus vidas, y contraer matrimonio.
 
Luego de confesar sus nervios, Diego le declaró su amor a Pilar: "aunque esto no sea legal, va desde mi corazón. Pili, ´¿querés casarte conmigo´?", le dijo mientras le colocaba la alianza.
 
Sin dudarlo y aún invadida por la emoción, Pilar hizo lo propio colocándole la alianza a él, para consumar a su modo, un casamiento que se truncó en los papeles, por ahora, pero quedó impreso para siempre en sus corazones y en el de las decenas de amigos que asistieron a la "fiesta virtual" a través de internet.
 
"Lamentablemente tomamos una decisión responsable, que nos duele, por eso vamos a suspender el casamiento tanto civil, como la fiesta, hasta nuevo aviso. Queríamos avisar lo antes posible por el tema de los que vienen del interior del país y los que están en Capital. Los queremos mucho. Pili y Diego.", habían escrito en facebook comunicando la suspensión de la ceremonia.
 
"Nos toca hoy pasar esto, quedarnos en casa, ser responsables, pero dentro de poco vamos a estar compartiendo con todos ustedes. Los queremos", fue el mensaje final de Diego y Pilar. 
 
Cuando el amor atraviesa barreras impensadas, nada lo detiene.