LA NACIÓN/Mariela Arias.-

EL CALAFATE.- A poco de cumplirse dos años del asesinato de Fabián Gutiérrez, la justicia provincial prepara el juicio oral que será en esta ciudad. La madre del exsecretario presidencial estará en la sala y por primera vez se cruzará con los tres jóvenes procesados por el crimen. “Al día de hoy lo único que tengo para decirle es que me perdone, por no haber tenido la oportunidad de haber hecho algo por su hijo. Cuando ingresé, él ya estaba sin vida”, asegura hoy Pedro Monzón a LA NACION en una entrevista realizada en su lugar de detención.

Monzón es uno de los tres jóvenes que estuvo en la casa del exsecretario presidencial, el 2 de julio del 2020, la última noche con vida de Gutiérrez. El primero en llegar fue Facundo Zaeta, que era el encargado de seducir a Gutiérrez para embaucarlo, reducirlo y robarle, según su propia declaración en la justicia. Tras cumplir su parte, lo llamó a Facundo Gómez, quien llegó junto a Monzón. A partir de aquí los tres jóvenes difieren en su versión.

El atroz crimen de Gutiérrez, quien fue un estrecho colaborador de la familia Kirchner durante dos décadas, conmocionó el país. Al momento de su crimen ya no trabajaba con los Kirchner pero ya había declarado como arrepentido en la causa de los cuadernos de las coimas y estaba procesado por lavado de dinero. Mientras el económico es el móvil más firme en la causa, aún hay preguntas sin responder acerca de lo que ocurrió la fatídica noche del asesinato y las horas siguientes hasta que se encontró el cuerpo sin vida.

Monzón tiene 20 años, habla bajito y pausado. Su cara se ilumina cuando el tema es el judo, deporte que abrazó de pequeño y en el que llegó al alto rendimiento. Terminó el secundario en prisión, y sueña con ser profesor de educación física. Es profundamente creyente, pero aún no logró el permiso para ir a la iglesia distante a 100 metros de la comisaría. Siente una gratitud infinita con sus padres. Se ejercita, escribe, reza. Pasa las horas.

En prisión teerminó el último año del Secundario.


Repasa en su mente lo que ocurrió esa noche y sabe qué es lo que debería haber hecho para no estar hoy detrás de las rejas, imputado como coautor de un crimen. “Lo primero que tuve que haber hecho es haberme ido ahí, buscar ayuda, para no encontrarme actualmente en esta situación que me ha perjudicado muchísimo. He perdido gente, he perdido tiempo, lo más valioso que una persona posee”.

Con la proximidad del juicio oral que se estima llegará antes de fin de año, la Cámara Criminal accedió al pedido de entrevista pendiente desde el año pasado solicitado por LA NACION, marcando restricciones que impiden que el imputado mencione detalles explícitos de la causa. Esta tuvo lugar ante la presencia de su abogada Carolina Scamperti y un funcionario policial en una breve oficina dentro de la Comisaría Primera de esta ciudad donde el joven cumple la prisión preventiva

Pedro Monzón, con el título del nivel Secundario que concluyó estando en situación de encierro.
Pedro Monzón, con el título del nivel Secundario que concluyó estando en situación de encierro.
Es la misma comisaría en la que la noche siguiente al asesinato de Gutiérrez los tres jóvenes quedaron detenidos. Monzón es el único que por su seguridad permanece aquí. Los otros imputados están detenidos en la penitenciaría de la ciudad. El testimonio de Monzón ante el juez permitió dar con los restos del empresario y encontrar los elementos que fueron desechados de la escena del crimen.

Los tres jóvenes están procesados como coautores. La defensa de Monzón, encabezada por Scamperti, una abogada que presta sus servicios ad honorem, trabaja para que esa figura cambie durante el juicio y luego intentará que sea considerado como “partícipe secundario obligado” del hecho. Cree en su inocencia, lo contiene, le lleva libros, aboga para que pueda seguir estudiando.

-¿Cómo es tu vida en encierro?

-Siempre estoy entrenando. Funcional, flexiones, la verdad es no tengo lugar pero buscamos la forma, tiramos una frazada viejita, cuento con una ruedita, hago pesas con botellas de agua. Cuando yo esté afuera lo primero que voy a hacer es estar con mi familia, y volver al gimnasio.

-¿Eran amigos tuyos Facundo Gómez y Facundo Zaeta?

-En ese momento, la persona que me involucró, el primero que nombraste, era mi empleador. Con el cual tenía una relación cercana a través del trabajo, porque estábamos muchísimas horas juntos. Si en algún momento existió la palabra amistad, ya no existe, desde hace dos años. Con el otro chico, cero relación, cero amistad. No el concepto de amigo que tengo ahora, que es otra cosa.

Pedro Monzón se prepara para el juicio oral por el asesinato del exsecretario de Cristina Kirchner; en su prisión recibió a LA NACIÓN y se despegó de los acusados de ser los autores materiales.

-¿Cuál fue tu peor momento?

-Más allá de mi causa, me ha tocado vivir otros hechos bastantes fuertes, como ver sufrir a un interno que se causó la muerte con fuego. A mí me afectó mucho psicológicamente y emocionalmente. Por eso yo al día de hoy apuesto a estar muy tranquilo.

-¿Cómo lo llevás adelante?

-En este tiempo encerrado estuve con asistencia psicológica que me ha ayudado a conocerme a mí mismo, y me ha alivianado muchísimas cosas. Fuerza de la nada, no sacás. Necesitas motivación y comprensión, y me la dan las personas que me acompañan todo el tiempo: mi familia y mi abogada. Tengo una amiga, tenía novia, me acompañó y bueno… cosas de la vida

-¿Cuál es tu prioridad?

-Primero estar bien yo, que esté bien mi familia, que a mi abogada se le brinden las herramientas necesarias para poder trabajar, y poder prepararme para el juicio que es mi objetivo más importante hoy. Que se dé todo de la mejor manera posible. Es algo que me propuse y me lo debo y a mi familia y a mi abogada que me acompaña.

-¿Qué cambiarías si volvieras el tiempo atrás?

-Lo primero que tuve que haber hecho es haberme ido del hecho, buscar ayuda, para no encontrarme actualmente en esta situación que me ha perjudicado muchísimo. He perdido gente, tiempo, lo más valioso que una persona posee. Creo que en la etapa de pandemia sin clases me empecé a desprender del sistema educativo, entrenaba en mi casa pero ya tampoco podía ir al gimnasio, todo se volvió un disparate. Yo creo que ahí me desvié un poco y dejé de escuchar consejos… de mis papás.

-¿Qué le dirías al Pedro Monzón de antes?

-‘No seas tan bueno’, porque yo me paso de bueno y creo que es por eso que a mí me han involucrado en esto. Hay un nivel de cansancio bastante avanzando en mí, en mi familia. Es muy avanzando ese cansancio, porque a mí especialmente me están acusando de algo que no soy. Eso me pone triste, pero creo que el tiempo va a aclarar todas las cosas. Confío en el tiempo y la justicia

-¿Qué reflexionaste este tiempo?

-A la fuerza reflexioné. Al principio dimensionar todo, y más allá de que yo esté pensando que mi libertad sea inmediata, dimensionar bien la muerte de una persona, es muy fuerte; que una mamá pierda a su hijo es muy fuerte, soy consciente de eso totalmente. Yo creo que antes de que una madre pierda un hijo, prefiere dar la vida por él, eso siento con mis padres. He reflexionado mucho sobre esto, sobre lo que pasó.

-En el juicio podrías ver a la madre de Gutiérrez…

-Soy consciente, seguramente va a estar presente la madre de la víctima. Al día de hoy lo único que tengo para decirle es que me perdone por no haber tenido la oportunidad de haber hecho algo por su hijo. Cuando ingresé, él ya estaba sin vida.

Mariela Arias