BasuralPor Angel Serra.- El pasado viernes 24 de junio en presencia de amparistas, Municipio y funcionarios provinciales, la justicia efectuó la primera inspección ocular a los basurales de Aeropuerto Viejo y Laguna Seca para corroborar la veracidad de los delitos denunciados en un recurso de amparo presentado por vecinos de esa villa turística. A su vez, el Municipio respondió oficialmente a la jueza Viñuales quien había solicitado información sobre ambos basurales y otras cuestiones relacionadas con la política ambiental desplegada por el Ejecutivo local. En dicha respuesta, desestima de plano los argumentos y pruebas presentados por los vecinos en el recurso de amparo y niega que actualmente se “realice un tratamiento inadecuado de la basura”. Inspección ocular de la Jueza Viñuales: los delitos denunciados continúan vigentes En el marco de las medidas y actuaciones dispuestas por la justicia en torno del primer amparo ambiental presentado en El Calafate, la Jueza Florencia Viñuales realizó el pasado viernes 24 de junio una inspección ocular en los predios donde funcionaron y funcionan los vaciaderos municipales del Barrio Félix Frías (actualmente cerrado) y Laguna Seca. En la circunstancia, la magistrado visitó además la Planta de Separación y Clasificación Eva Poulsen (en el exbasural) y las obras en marcha del nuevo Centro Ambiental financiado con fondos del BID y la Nación. Participaron de la inspección la Dra. Viñuales junto con dos empleados judiciales; los vecinos que presentaron el amparo ambiental junto con su abogada, la Dra. Cecilia. Argañarás; funcionarios de alto rango del Municipio de El Calafate así como de la Subsecretaría de Medio Ambiente Provincial quienes viajaron desde Río Gallegos expresamente para la diligencia. De la visita a los sitios indicados, surge claramente que a junio de 2016, habiendo transcurrido año y medio desde la apertura ilegal del vaciadero de Laguna Seca, seguimos lamentando que todo lo oportunamente denunciado ante la Justicia continúe vigente con una única salvedad: la situación es mucho más grave que hace un año y medio atrás; la magnitud del problema ha aumentado; los impactos acaecidos son ya de una magnitud irreversible y las soluciones estructurales todavía siguen esperando: • El Municipio continúa arrojando basura a cielo abierto: el volumen total volcado sobre el suelo desnudo de Laguna Seca desde su apertura como vaciadero asciende a un total aproximado de 23.000 toneladas, con un promedio de 38-40 toneladas diarias. • El Municipio no presentó por escrito ningún plan de remediación ambiental para el área primaria de impacto denominada “zona de sacrificio” en Laguna Seca, la que acumula ya un espesor de más de tres metros de cobertura de residuos en su zona central. • En cambio, sí realizó un inexplicable cambio en el proyecto GIRSU original (desconocemos si con aprobación del BID) al aplicar al nuevo basural los fondos del crédito originalmente asignados para el saneamiento del basural viejo. • El plazo para la culminación y entrega de la primera etapa de la obra “CAEC (Centro Ambiental El Calafate)” con su correspondiente celda de relleno sanitario ha vencido. Su finalización había sido estipulada para el pasado mes de mayo. El proyecto contemplaba un plazo de obra de 8 meses de ejecución desde la firma del contrato en septiembre de 2015. • Al día de hoy la obra no ha concluido y sólo hay plazos de finalización estimados, probablemente hacia agosto-septiembre. Ninguna autoridad nacional o municipal de las involucradas en el proyecto brindó mayores precisiones sobre este atraso inexplicable, siendo que la veda de invierno no fue aplicada. El “atraso” implica el vertido adicional de 3000 a 4000 toneladas de basura no clasificada en el predio. • El Municipio incurrió en falsedad manifiesta al asegurar que el exbasural de Aeropuerto Viejo, en el Barrio Félix Frías, se encuentra “saneado”, cuando es evidente a todas luces que no lo ha sido. Peor aún: mintió en forma aleve al manifestar al Programa GIRSU del Ministerio de Turismo que el predio ya había sido objeto de “tareas de saneamiento”, cuando lo único que hizo fue cubrir (parcialmente) los residuos con material de cantera, sin tomar en cuenta ninguna de las consideraciones y obras que el proyecto GIRSU dispuso para el Plan de Cierre (ver apartado). • Incurrió asimismo en falsedad grave al afirmar que la “Planta de Separación y Clasificación de RSU Eva Poulsen” se encuentra operativa. La Justicia corroboró que la misma se encuentra por completo paralizada en su funcionamiento y que casi no tiene personal afectado a tareas: sólo tres empleados se encontraban el día de la inspección ocular sin tareas específicas asignadas de separación ni clasificación. • La falta de previsión y planificación en materia ambiental por parte del Municipio queda evidenciada en que, todavía a mediados de 2016, El Calafate sigue sin tener una ordenanza marco que estipule el tratamiento integral que debería darse a los residuos sólidos urbanos generados por la ciudad, a saber: estrategias y políticas de separación en origen; estrategias y políticas de recolección y transporte diferenciado de acuerdo a diferentes tipos de emisores; funcionamiento de la planta de separación y clasificación y origen de los fondos para el financiamiento del futuro Centro Ambiental con presupuesto y personal destinado al mismo. • En todo caso, y estando (en teoría) a escasos cuatro meses de la inauguración del nuevo Centro Ambiental, el proceso integral para la gestión de los residuos sólidos urbanos (GIRSU) que deberá llevarse a cabo en muy poco tiempo todavía no fue previsto ni planificado por las autoridades municipales y sigue a la espera de decisiones trascendentes. La vergonzosa prepotencia de un funcionario contrariado Durante la diligencia judicial del pasado viernes 24-06, se vivió una situación de extrema tensión que por momentos hizo temer la suspensión del procedimiento. Sucedió cuando uno de los vecinos amparistas, Claudio Bando, en medio de la recorrida de la Dra. Viñuales por el exbasural del Barrio Félix Frías, solicitó a la jueza caminar 50 metros en dirección este desde la planta de separación y clasificación. En medio de restos de basura esparcidos por doquier, le pidió que tomara nota de la presencia de tres o cuatro fardos de bolsas de polietileno listos para enviar a reciclado. Los fardos, que evidentemente habían sido prensados y embalados en la planta, se encontraban en estado de notorio abandono, parcialmente quemados y enterrados y todavía con restos de alambre de enfarde. Fue entonces cuando el vicepresidente del Concejo Deliberante local, Carlos Alegría (FpV), quien se encontraba en la inspección junto a funcionarios del Municipio perdió la compostura y empezó a increpar a los gritos y de manera violentísima a los vecinos presentes. Visiblemente alterado, fuera de sí e insultando y recriminando a los amparistas por su actuación ante la justicia, Alegría comenzó a propinar patadas a los fardos y hasta intentó abalanzarse sobre el vecino Claudio Bando. La situación -gravísima de por sí, pero más aún tratándose de un representante de un poder del Estado- no pasó a mayores porque varios de los funcionarios municipales presentes insistieron para que se retirara inmediatamente del lugar, lo que finalmente y de forma intempestiva hizo. Del hecho fueron testigos directos la jueza Viñuales, los vecinos amparistas, así como funcionarios municipales y provinciales que estaban en el lugar durante la inspección ocular. La respuesta del Municipio sobre el basural de Laguna Seca Insólitas e indignantes fueron, por otra parte, las respuestas que el Municipio de El Calafate presentó a la requisitoria de la jueza Viñuales en el amparo ambiental interpuesto por el funcionamiento del basural a cielo abierto (BCA) de Laguna Seca. El pasado 6 de mayo, la magistrado a cargo del Juzgado Provincial de Primera Instancia Nº 1 en lo Civil de El Calafate libró un oficio a la Municipalidad local para que en el término de dos días, se expidiera sobre la exactitud de los hechos que motivó la solicitud de los amparistas respecto del funcionamiento de un basural en Laguna Seca, en un predio situado 7,5 kilómetros al este del ejido urbano. El oficio también requería información relacionada al manejo de los residuos sólidos urbanos de la ciudad cuya responsabilidad directa recae sobre el Estado municipal. Respecto del primer punto, el de la existencia o no de un BCA en Laguna Seca así como su operación por parte del Municipio, la respuesta del Ejecutivo es desconcertante: “No es cierto que el Municipio vierta en forma incontrolada residuos sólidos urbanos, industriales y/o peligrosos en el basural de Laguna Seca desde octubre de 2014”. A criterio del Municipio, tampoco es cierto “que se realice un tratamiento inadecuado de la basura”. De lo que se deduce que, siendo que el vertido de RSU se daría en forma “controlada” y que el tratamiento de la basura sería el “adecuado”, hablar de la existencia de un basural a cielo abierto en Laguna Seca carecería de todo sustento. A cambio de la realidad, el Municipio afirma que sí es cierto que se destinó en el predio una “zona de sacrificio provisoria” para depositar los RSU de la ciudad. Desafortunadamente, el representante legal del Ejecutivo no encontró eufemismos adecuados para explicar exactamente qué es y como funciona esa “zona de sacrificio” sin llegar a la conclusión evidente de que –en ausencia de toda metodología de relleno sanitario- no se trata más que de un vaciadero a cielo abierto. Así lo demuestran las más de 300 fotografías y videos presentados como evidencia ante la justicia tomados entre noviembre de 2014 y junio de 2016 tanto por los amparistas como por otros vecinos de la villa turística. Asimismo, la negativa a reconocer que en Laguna Seca se vierten en forma incontrolada residuos industriales y/o peligrosos es de una falsedad tanto o más impúdica que la de sostener que el tratamiento de los RSU se realiza en la forma “adecuada”. Sin embargo, más allá del amparo mismo, quien refuta los dichos del Ejecutivo Municipal es la misma Provincia la que, a través de su defensor oficial afirma con respecto al sitio de disposición final de Laguna Seca que: “Se constató que la disposición de los residuos no es la adecuada, se verificó que el Municipio de El Calafate no cuenta de forma permanente con maquinaria vial apropiada para realizar tareas de mantenimiento del lugar”. En otro fragmento de su escrito, el defensor oficial de la Provincia, Dr. Eduardo López, sostiene que en la última inspección realizada con fecha 10 de mayo último : “Queda asentado en el acta correspondiente que la disposición de residuos observada en la denominada “zona de sacrificio” no era la adecuada y que se pudo observar voladuras de residuos y acopios de estos sin tapar con material de cantera.” Lo que traducido a un lenguaje menos sofisticado significa que nos encontramos lisa y llanamente ante una zona de disposición final a cielo abierto. La respuesta del Municipio sobre la situación del exbasural de Aeropuerto Viejo En el punto siguiente, la jueza Viñuales solicita saber si desde el Municipio “tienen conocimiento sobre algún plan de recomposición en la zona del basural cerrado, sito en el Barrio Félix Frías”. La respuesta del Ejecutivo nuevamente es de una falsedad flagrante: “No es cierto en cambio que el basural situado en el Barrio Félix Frías no haya sido saneado.” En la particular visión que de la cuestión ambiental tiene el Municipio, el predio del exbasural de Aeropuerto Viejo ya estaría por completo saneado. Lo notable del caso es que las únicas pruebas aportadas para fundamentar semejante pretensión son dos fotografías satelitales de Google Earth. Sin haber presentado más documentación que sus propias afirmaciones, el Ejecutivo aduce que el saneamiento ya se habría efectuado y da cuenta de un supuesto movimiento de 6.000 camiones (34 por día durante siete meses consecutivos… ¡los cinco días de la semana!) y de un posterior relleno de la zona del viejo vaciadero con 30.000 m3 de tierra. No conforme con sostener sin prueba alguna temeraria afirmación, el Ejecutivo Municipal niega a la vez en su descargo que el referido predio sea a la fecha un foco contaminante de primer orden ubicado en pleno ejido urbano, tal como sostienen los amparistas, hechos que serían (y situamos textual) “meros planteos personales y subjetivos carentes de respaldo técnico” (sic). Si el Municipio se hubiera tomado el trabajo de leer la evidencia documental que presentó como parte de su defensa (lo que evidentemente no hizo) habría advertido que fue el propio Ministerio de Turismo de la Nación a través del Programa GIRSU en Municipios Turísticos quien advirtió que el exbasural de Aeropuerto Viejo, además de presentar un tiempo de operación de aproximadamente 40 años, además de haber carecido de un sistema de control de residuos ingresantes, además de no haber contado jamás con un sistema de impermeabilización de su base y taludes laterales, constituye (y citamos textual) “una potencial presencia de residuos nocivos para la salud de las personas y el medio” . En todo caso, no deja de sorprender que en el colmo del cinismo (o de la propia torpeza) y con la mayor liviandad, el Ejecutivo presentara a la jueza Viñuales un documento del Ministerio de Turismo que lo contradice punto por punto en sus dichos respecto de la supuesta inocuidad de los terrenos del exbasural del Barrio Félix Frías y de su supuesto y proclamado “saneamiento”. En efecto, el Proyecto “GIRSU para Municipios Turísticos ” llevado adelante por el Ministerio de Turismo de la Nación con financiamiento internacional del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) detalla en más de 50 páginas las obras que debieran haberse efectuado para el cierre del antiguo basural situado en el Barrio Félix Frías, ninguna de las cuales (a junio de 2016) se llevó a cabo. Entre ellas se destacan: -Sistema de venteo pasivo: instalación de 6 chimeneas de venteo de biogás (4 por hectárea) -Sistema de recolección líquidos lixiviados: -Dren pétreo para escurrimiento perimetral de lixiviados alrededor del sitio de disposición final. -Instalación de 4 sumideros para colección y extracción de líquidos lixiviados. -Pileta de acopio y evaporación de líquidos lixiviados. -Sistema de desagües y drenajes pluviales para canalizar el agua de escorrentía superficial. -Cercado perimetral total del predio con caseta de vigilancia y control de acceso. -Construcción de tres (3) pozos de monitoreo para aguas subterráneas. -Cierre del manto de RSU con cobertura de baja permeabilidad (arcilla + bentonita sódica). -Horizonte de un (1) metro de tierra fértil sobre cobertura de baja permebilidad para garantizar condiciones adecuadas de reforestación del predio. -Señalización del predio y carteles indicadores. Gracias a este valioso documento que de manera inexplicable y en el colmo de la hipocresía el Municipio presenta en su favor, nos enteramos de forma oficial que el predio del exbasural de El Calafate comenzó a ser utilizado como tal en 1970 y que funcionó durante más de cuatro décadas como vaciadero a cielo abierto. Un dato que sorprende (y preocupa) aportado por personal del propio Municipio a los funcionarios del plan GIRSU es que se estima –y citamos textual- que “la profundidad del basural podría estar en el orden de los 10 metros” y que no se sabe con exactitud si el lugar ha recibido en todo ese tiempo residuos peligrosos. A su vez, la versión del Ejecutivo Municipal de que el exbasural de Aeropuerto Viejo ha sido saneado es tan burda que ni siquiera el Estado Provincial ha querido refrendarla por escrito: en respuesta a la jueza Viñuales , el Dr. Eduardo López a nombre de la Provincia admite que el predio no ha sido saneado sino que se encuentra “en proceso de ordenamiento” y que “los residuos allí dispuestos se encuentran cubiertos con material de cantera”. A su vez, el Acta de Inspección llevada a cabo el 10 de mayo pasado por inspectores de la SSMA hace mención de que el predio “se encuentra ordenado y controlado”, pero en dicha acta jamás se menciona, ni por asomo, que el mismo haya sido “saneado” o esté en proceso de serlo. La verdad es que sólo se han tapado superficialmente los residuos con tierra de canteras cercanas. La respuesta del Municipio sobre el funcionamiento de la planta “Eva Poulsen” En su afán por negar sistemáticamente lo que tiene delante de sus narices, el Municipio incurre en otra falsedad grave y asegura que la Planta de separación y clasificación de RSU Eva Poulsen “se encuentra en actividad” (sic), es decir, que se encontraría plenamente operativa. Este aserto, que contradice lo afirmado por los vecinos amparistas, fue categóricamente desmentido por el propio Estado Provincial en respuesta al oficio enviado por la Dra. Viñuales. El texto, del 19 de mayo ppdo., es de una claridad tan meridiana que nos exime de mayores comentarios: “La planta de tratamiento “Eva Poulesen” (sic) actualmente no se encuentra operativa debido a problemas en el mantenimiento de la cinta principal de clasificación, la cual tiene un desperfecto en la desgarradora de bolsas, según lo manifestado por representantes del municipio”. Este testimonio oficial se suma a las pruebas oportunamente presentadas (un estudio de impacto ambiental llevado a cabo por la Fundación Parques Nacionales para el Programa GIRSU y otro efectuado por la UNPA a solicitud de la Municipalidad de El Calafate) que dan cuenta de que la planta no funciona como tal al menos desde julio de 2013, actualmente se encuentra en desuso, con su maquinaria fuera de servicio y sin personal afectado para llevar a cabo tareas de separación y clasificación de RSU. Por todo lo expuesto y por la gravedad de la situación descripta, es imprescindible que la Justicia se expida con un fallo rápido y ejemplar.- *Miembro de Vecinos Aucoconvocados de El Calafate