NaoPor Mario Novak Por estos días cuando mucho se vuelve a hablar de quien puso a Río Gallegos en el mapa en una evocación más política que histórica, me permito narrar en forma resumida una rica historia. Vivencio y Manzián eran dos esclavos africanos que conocieron Río Gallegos allá por el 1537. No fue por ocio, lo suyo era un viaje de trabajo forzado, ya que integraban la expedición comercial de León Pancaldo que había partido desde Cádiz. El destino final de la misma era el Alto Perú. De allí la alta calidad de los productos que transportaban. Pancaldo, un hombre de leyenda, era uno de los 22 sobrevivientes de la expedición de Hernando de Magallanes en el  1520. Precisamente ese conocimiento adquirido  en la vuelta al mundo le valió al navegante la posibilidad de comandar esa expedición comercial. Eran dos naos, denominadas Santa María y Concepción,  aprestadas al transporte de los mayores artículos de lujo para la época. Vinos, encurtidos, ropa de clase y armas de fuego formaban parte del cargamento. Su compañero de aventuras era Juan Pedro de Vivaldo que comandaba la Nao Concepción. La ansiedad, las dudas que otrora tuvieran otros como Sebastián Elcano, hicieron que la Nao Concepción naufragara en la zona de Punta Loyola. Ese naufragio marca un hito en la historia de Sudamérica. No sólo de Río Gallegos que comienza a ser registrado como tal en los Archivos de Indias. Luego de la sorpresa, Pancaldo tomó la decisión de unificar ambas tripulaciones, unos sesenta hombres en total, rescatar la mayor parte de la carga e iniciar el viaje de regreso a bordo de la Santa María. El destino elegido fue la Santa María del Buen Ayre, aquella de Pedro de Mendoza. La llegada de Pancaldo y los suyos fue celebrada por la horda harapienta que poblaba Buenos Ayres. Hambrientos, acosados por los indios y olvidados por los conquistadores se aprovisionaron de lo necesario, utilizando la carga de la Nao. Nace allí el antecedente más inmediato de la viveza criolla y el paga-dios. Los documentos que obran en el Archivo de Indias de Asunción del Paraguay citan el siguiente texto…”pagaré con el primer oro o plata que aparezca en esta zona los productos adquiridos..” La carga de Pancaldo fue inmediatamente agotada y su expectativa de cobro fue menor que la de un proveedor del estado. Para colmo de desgracias el pobre navegante fue juzgado por introducción de esclavos en el continente de Sudamerica. Vivencio y Manzián, los esclavos africanos, fueron finalmente subastados y adquiridos por los funcionarios de mayor rango de la colonia, que finalmente fue incendiada y su población fue trasladada a Asunción del Paraguay.  De allí que la mayoría de los apellidos italianos en Paraguay sean similares a los anotados en la expedición de Pancaldo. Esta introducción está contenida en la presentación del Plan de Desarrollo Turístico Río Gallegos, donde se pretende rescatar aquellos riquísimos elementos de la historia de nuestra ciudad para lanzarla como atractivo. Esta presentación fue realizada en el año 2007 con la esperanza de desarrollar el turismo en nuestra ciudad, tomando como base la historia y la belleza del campo volcánico Pali Aike, cuya extensión comienza a escasos 20 kilometros de Río Gallegos. Todo esto para demostrar que hace casi cinco siglos que estamos en los mapas del mundo. Aunque no lo hayan pensado los naufragos de la Nao Concepción, aquel 30 de noviembre de 1537.