Captura de pantalla 2017-04-13 a la(s) 00.20.09Por Marcelo Cépernic.- La flamante Presidente del Consejo Provincial de Educación inició su primer discurso dirigiéndose a los “jóvenes y jóvenas”. Dedico el siguiente relato a “Chachi” Velázquez, a quien supe frecuentar allá lejos y hace tiempo. Mi amigo es pianisto. Como cuida mucho su estado físico, es también un fervoroso deportisto. Y no solo eso. Sigue fielmente los consejos de su dietisto y, además, dos veces por semana se atiende con un esteticisto. Antes era paciente de un nutricionisto, pero no le convenció. Su esposa está embarazada. Esta mañana, antes de salir para su consulta con un obstetro, le reiteró a mi amigo por enésima vez que llamara al electricisto para reparar la luz del porche. También le recomendó supervisar el arreglo que estaba haciendo el albañilo que contrataron, que trabaja en equipo con su hermana que también es albañila. Al subir al taxi, se confundió y le dio al taxisto la dirección del pediatro de su hijo pirimogénito, en lugar de la del consultorio del obstetro. Es muy despistada la pobre. Menos mal que no le dio la dirección del dentisto, que queda en la otra punta de la ciudad. El hermano de mi amigo es periodisto. Días le sacaron el yeso de una fractura y ahora está yendo al fisioterapeuto para su rehabilitación. Pobre, anda de mala. También hace unos días lo asaltaron y el policío que hacía la ronda dejó escapar al ladrón. Para entender lo que le pasa, está yendo a un psiquiatro.