Por Tarek Hallar De paro para que no nos roben la esperanza los que se llevaron millones en los bolsos de Lázaro. De paro para que Santa Cruz vuelva a ser grande, o empiece a dejar de ser chica. De paro porque quiero volver a soñar que las cosas se pueden cambiar. Yo que ya pasé por decreto; que los vi hacerse millonarios; que ya los ví volver; y volver a volver... no me canso de esperar, y por eso paro. Yo no viví la Provincia que vivieron mis viejos. Esa Provincia que daba trabajo y oportunidades. La que llamaba a inmigrantes y jóvenes profesionales; la que permitía soñar y pensar en grande. Yo vivo la Provincia que pasa de crisis en crisis La que está siempre en bancarrota. La que no para de salir en los diarios. La que expulsa a todos mis amigos; la que se los lleva lejos y no los deja volver. La que no le da oportunidades a mis vecinos y no le paga a sus jubilados. La que está empeñada en perder el tiempo en discursos y partes de prensa. La que es sólo una foto triste, sin movimiento. Vivo en la Provincia de las oportunidades perdidas; la que iba ser y nunca ha sido. Santa Cruz es un tango malo; que se repite y se hace fábula; que se esconde y se queda tirado. Santa Cruz es tierra de oportunidades para oportunistas tristes y valijeros gordos. Santa Cruz se debate hoy, igual que antes, entre el pasado y el futuro. Entre el pasado reciente triste y oscuro, lleno de presentimos y aprietes y un futuro que esperamos pueda ser mejor pero siempre está demorado. Siempre está volviendo en Santa Cruz esa idea de que podemos más, pero somos esto: un mar de reclamos que nadie escucha, porque nosotros no escuchamos. Mientras los maestros reclaman, muchos miran para otro lado esperando que las cosas se arreglen solas. Siempre nos quedamos encerrados en las viejas historias. Para muchos pareció bueno volver al Ultra Kirchnerismo para que nos proteja y nos cuide. Ahora ellos dicen que no pueden hacer lo que habían prometido y no paran de culpar a otros de los males de hoy, que claramente son el fruto de las malas decisiones de los últimos tiempos. Hoy me siento a mirar lo que pasa con la enorme sensación de que ésta es una película que ya vi. Siento que lo tengo a Daniel Gatti al lado y que su pesimismo realista no para de hacerse presente. Siento que tenia razón cuando decía que los K habían logrado calar hondo en la cultura de Santa Cruz y le habían robado la esperanza y la capacidad para soñar a la gente, que ya no esperaba nada. Tenía razón...! Mientras camino por las calles de Santa Cruz siento eso...que mucha gente ya no espera nada ... No quiere nada... No sueña nada... Sólo pide que le paguen a fin de mes... Pero ya ni eso hace el Gobierno... porque el Gobierno también esta de paro.