* Por Rosita Díaz Queremos destacar la importancia en implementar una Sala de sistema de partos vertical en el Hospital de Alta Complejidad SAMIC de El Calafate. Esta iniciativa es un modo de reconocer y respetar las culturas que traen consigo las mujeres migrantes. El método de parto vertical responde a un sistema ancestral, que es parte del conocimiento y las tradiciones atesoradas durante miles de años, que portan en su mochila cultural las mujeres migrantes como la de los pueblos quechuas y aymara de Bolivia y Perú. Consideramos fundamental este modo de parir, de parir vida, que hasta hoy no se había tenido en cuenta en el ámbito de la salud santacruceña. Siendo la provincia de Santa Cruz, una provincia de migrantes por antonomasia, con un 53% de mujeres de la población inmigrantes de acuerdo al censo del 2010. Respetar a la madre como traer al mundo a sus hijos e hijas, es incorporar un enfoque intercultural al sistema de salud que favorece el crecimiento hacia una sociedad intercultural. La interculturalidad implica un enriquecimiento para las sociedades de acogida, implica integrar a las diversas culturas que aportan los migrantes. La integración como dice el Papa Francisco, no implica «una asimilación, que induce a suprimir o a olvidar la propia identidad cultural. El contacto con el otro lleva, más bien, a descubrir su “secreto”, a abrirse a él para aceptar sus aspectos válidos y contribuir así a un conocimiento mayor de cada uno. Es un proceso largo, encaminado a formar sociedades y culturas, haciendo que sean cada vez más reflejo de los multiformes dones de Dios en los hombres» Crecer hacia sociedades interculturales requiere superar barreras culturales, prejuicios, plantea desafíos que demandan creatividad en las prácticas cotidianas, modos de relacionarnos, de dialogar, de mirarnos a los rostros y descubrirnos profundamente humanos para comprender lo diverso en el otro. ¿Qué es el parto intercultural? El parto intercultural es una forma de parir a los hijos e hijas que tiene lugar en centros de salud, respetando las pautas culturales de las mujeres protagonistas, pertenecientes mayoritariamente a las culturas aymara y quechua. En el proceso del parto, se incorporan las personas que la madre desea que la acompañen (pareja, madre o suegra, otros hijos), además de la partera tradicional y el ginecólogo o ginecóloga. Desde el Equipo Diocesano de Pastoral Migratoria celebramos esta iniciativa del Hospital SAMIC que no solo protege a la mujer al dar luz una nueva vida sino que respeta la cultura de las madres dadoras de vida nueva. * Delegada Diocesana de Pastoral Migratoria de la Diócesis de Río Gallegos.