Por Juanjo Ortega*

Los principios tienen un sentido en nuestra vida en sociedad no sólo en el entorno inmediato de nuestra cotidianeidad provinciana sino en uno un poquito más grande… en la humanidad.

Es lo que marca una línea imaginaria que divide lo que debe suceder porque es necesario al bien común, a la persona como sujeto pensante, de lo que no debe suceder porque lo obstruye, lo debilita, lo traiciona.

Nadie es culpable hasta que se demuestra lo contrario y eso es así más allá de nosotros. Ahora bien, cuando se demuestra la culpabilidad, o se tiene una fuerte presunción y se concluye que es así, también existen otros recursos legales que finalmente pueden hacer que no llegue la tan mentada demostración y prevalece la “inocencia”.

Una imputación puede tenerla cualquiera. Ahora, si esa imputación tiene bastante de verosímil, y hay motivos para sospechar que esa persona es autora de un delito, se la indaga.

Y si cuando se la indaga surgen elementos que dan mayor convicción al fiscal y al juez  de que existe un delito y que en principio esa persona es responsable del mismo, se lo procesa.-

Hasta acá llegó Fabio Vázquez, con dos etapas en contra de un proceso, dos personas (jueza y fiscal) que se demoraron más de 4 años en decirlo pero lo dijeron y lo procesaron.

 El resto es cuento, apeló y le hicieron lugar. Punto final. Zafó.

Son las reglas y ese no es el problema. O es un problema porque hubo que hacer muchas denuncias, pedir inspecciones, juicio político a la jueza, etc, etc y de hecho aún no dan fecha de juicio. Pero ahora no viene al caso.

¿Cuál es el problema entonces? Que Vázquez, ahora nombrado interventor de la Caja de Servicios Sociales, fue imputado y procesado por malversación de fondos de nuestra obra social y la causa, si bien con él “afuera”, aún no terminó.

¿Cuál es el problema? Que Vázquez, si bien está “sobreseído”, nunca se preocupó mientras se desempeñó en la CSS porque se malversaran los fondos. Es más, estuvo sospechado también de haberlo hecho. Vázquez no dijo, no fui yo fue fulano, o, me pongo a disposición para ayudar a resolver la causa, o, presento esta documentación para ayudar a esta investigación, o, o, o…

¿Cuál es el problema? Que si Vázquez calló durante 9 años la información que tenía de la malversación de fondos en la CSS, por más que no esté hoy procesado, ¿qué garantía da su persona para ocupar un cargo en la misma institución que nunca quiso ayudar a sanear?

¿Cuál es el problema? Que Vázquez en la época denunciada por la malversación de más de mil millones de pesos, no era empleado raso, no era un proveedor, ni un prestador ni un afiliado. Vázquez era el INTERVENTOR  de la Caja de Servicios Sociales.

Y acá volvemos a los principios.

Están muy bien las garantías y los recursos, para el proceso, para el expediente, para la ley, pero ¿qué hacemos con Vázquez fuera de la causa, y ahora adentro de nuestra Caja, manejando nuevamente el dinero de nuestros aportes?

¿Qué hacemos con lo que no hizo, o con lo que dejó hacer, o con lo que no controló, o con lo que ocultó, lo que sea…. ¿Qué hacemos con ello?

Tal vez podamos tomar nuevamente la iniciativa, y pensando en las instituciones democráticas garantes de derechos en Santa Cruz ir a denunciarlo administrativamente al Tribunal de Disciplina,  y que lo resuelva Sancho, o denunciarlo de nuevo en la justicia y tenga que intervenir  un  fiscal… Chan!

PD: ¡Elecciones en la Caja de Servicios Sociales, ya!

*El autor es dirigente social, ex secretario general de la Asociación de Empleados Judiciales que en 2012 denunció malversación de fondos en la Caja de Servicios Sociales. Actualmente es integrante de Asociación Civil PA.DE.HU Patagonia por los Derechos Humanos.