LA NACIÓN/Mariela Arias.- 

EL CALAFATE.- Nada cambió demasiado en la cuna del kirchnerismo tras el magro resultado electoral del domingo pasado, cuando el Frente de Todos quedó en tercer lugar. Al día siguiente, el gobierno de Alicia Kirchner siguió sin cambios ni renuncias ni anuncios. Desde la administración provincial relativizaron los resultados, consideraron que Santa Cruz sigue siendo “peronista” y remarcaron que pese a que Cambia Santa Cruz ganó la elección, había perdido una banca.

Lo que dejó a la vista el resultado electoral es que el kirchnerismo se encuentra inmerso en una crisis de liderazgos, sin un heredero en la fuerza política que Néstor Kirchner fundó hace más de tres décadas en Santa Cruz. Desde 2003, los Kirchner no perdieron pisada en la provincia, pero no armaron una sucesión política: eligieron candidatos para cargos, pero no los empoderaron.

El domingo, el Frente de Todos quedó tercero en la cuna del kirchnerismo. Cambia Santa Cruz, la versión local de Juntos por el Cambio, confirmó el triunfo de las primarias y logró el 35,02% de los votos, con el 99,88% de las mesas escrutadas. El segundo lugar fue para el partido Somos Energía para Renovar Santa Cruz (SER), del exsocio político del gobierno y gremialista petrolero Claudio Vidal, que obtuvo el 28,28%. El Frente de Todos cosechó 27,55%.

Luego de las PASO, en las que el candidato del gobierno, Gustavo González, había quedado segundo, Alicia Kirchner propuso darle un impulso a su gestión y le aceptó la renuncia al jefe de Gabinete, Leonardo Álvarez, su ministro con perfil más político. No nombró a nadie en el cargo y se puso la campaña y la estrategia al hombro. El resultado electoral fue peor.

Sin embargo, el domingo a la noche en Río Gallegos nadie se percibía perdedor. Los tres principales frentes electorales festejaban y hasta el comando del Frente de Todos contó con la visita de la gobernadora, que fue a felicitar a los candidatos que quedaron terceros en la lista, el peor resultado del kirchnerismo en treinta años. En otros tiempos, un segundo lugar implicaba un comando partidario vacío.

“Los números varían, sabemos que van y vienen”, relativizó el candidato del Frente de Todos, Gustavo González, quien dijo sentirse orgulloso por los 45.292 votos que recibió y explicó que había lugares en la provincia que no lo conocían porque era un intendente del norte provincial. En Puerto Deseado, donde es intendente, también perdió la elección.

Sin embargo, la lectura del oficialismo estuvo en manos del vicegobernador Eugenio Quiroga: “Santa Cruz es peronista, en el momento de elegir y de decidir, es peronista. El otro sector que emerge también es peronista, y Vidal formó parte del FDT hasta hace menos de dos años. Si uno mira, si yo sumo Vidal y González, tenemos un valor importante en cuanto a lo que piensa la gente: eligen peronismo”, afirmó el vicegobernador en declaraciones a Radio LU12, AM680.

Quiroga, uno de los pocos referentes del gobierno provincial que se expresó sobre el resultado, aseguró que no había que apresurarse para sacar conclusiones y si bien consideró que aún faltaba mucho tiempo para 2023, consideró que el resultado fue “un llamado de atención a escuchar y doblegar los esfuerzos” y a acelerar las gestiones para llegar a más gente.

Para Ignacio Perincioli, ministro de Economía provincial, Santa Cruz no escapó al voto castigo que hubo para los oficialismos de todo el país y explicó los resultados del Frente de Todos a partir de la aparición del partido del petrolero Vidal, según lo expresó en la Radio Nuevo Día, de Río Gallegos. También culpó a la inflación y la situación económica por el magro resultado.

Perincioli también recordó en su análisis que Cambia Santa Cruz (el partido que ganó) perdió una banca, y que la aparición de la tercera fuerza, SER, repartió equitativamente las tres bancas en juego. El “ganaron perdiendo” también se aplicó en Santa Cruz.

El gobierno de Alicia Kirchner también celebró la derrota, la peor en más de tres décadas; el resultado electoral empeoró con el protagonismo de la gobernadora.

Bancas en fuga

En 2017 Cambiemos ganó dos de las tres bancas en juego. Sin embargo, el diputado Antonio Carambia se fue alejando del bloque de Cambiemos hasta blanquear tiempo atrás su simpatía con el petrolero Vidal. En los hechos, la oposición local ya había perdido la banca antes de la elección. ¿Con quien votará Vidal en el Congreso? Por ahora es un misterio, pero la noche de los festejos aclaró que no es un “levantamanos”. Por ahora conformará un bloque unipersonal con sus votos, temas y posicionamientos, mientras tanto el 28,28% alcanzado refleja un caudal de votos que abre interrogantes sobre el 2023.

Tras la derrota, esta semana ocurrieron dos hechos que demuestran lo que sucede cuando faltan liderazgos políticos: desde Puerto Deseado, el exintendente Arturo Rodríguez le pidió al actual intendente y ahora diputado electo del Frente de Todos, Gustavo González, que renuncie antes del 10 de diciembre y permita el llamado a elecciones. Rodríguez, histórico caudillo peronista, aseguró que la derrota del Frente de Todos es resultado de la división interna.

Mientras tanto, cientos de kilómetros al sur, en 28 de Noviembre -un histórico bastión kirchnerista hoy gobernado por Fernando Españon, un intendente del SER- una rara controversia se suscitó anteayer: autoridades del gobierno provincial anunciaron la construcción de una escuela industrial en un predio propiedad del municipio, que no fue avisado ni invitado al acto. “Es un atropello de parte de la provincia”, afirmaron desde el municipio. Historias de pueblo chico que muestran la falta de liderazgo político en una provincia donde hay poco más de 1 elector por km2.