Captura de pantalla 2016-07-25 a las 11.27.58 a.m.DIARIO EL CHUBUT/ Silvina Nacht, una bióloga que se radicó en Europa, nacida y criada en Trelew, y su esposo, Guillermo Vicent, crearon un mecanismo que silencia las células de cáncer de mama hormono-dependientes, un proceso clave en la proliferación de tumores y que abre nuevas dianas para posibles futuros tratamientos. Son investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, ciudad en la que viven desde el año 2003. Este logro científico, publicado en revistas especializadas y que avanza en los tratamientos para pacientes oncológicos, fue explicado por Silvina a la locutora Maru Ortíz, en una entrevista realizada en FM EL CHUBUT. Silvina y su esposo trabajan juntos desde 2002,primero lo hicieron en Alemania, a donde se radicaron en 1998. La trelewense cursó sus estudios primarios en el ex Departamento de Aplicación (actual Escuela 206) y el secundario lo realizó en el Colegio Nacional, egresando en 1985. En 1986 realizó el Ciclo Básico Común en la Universidad de Buenos Aires, donde conoció a su esposo, Guillermo, oriundo de Flores. Al principio volvía a Trelew, pero en 1998 decidieron mudarse a Alemania para desarrollar investigaciones junto al investigador Miguel Beato, que es quien dirige el prestigioso Centro de Barcelona. Este trabajo «forma parte de una investigación básica para colaboraciones a futuro, con tejidos humanos, «Yo estudié en la UBA. En 1998 nos fuimos a Alemania donde estuvimos 5 años y medio; y después nos vinimos a Barcelona. La idea era irnos por 2 años; pero como vino el corralito nos quedamos más tiempo en Alemania. Y fue cuando nuestro jefe, autor del trabajo, dijo que había posibilidad de abrir un nuevo centro de Barcelona. Allí «alquilábamos un piso y teníamos dos o tres laboratorios. Luego se construyó un edificio que costó 25 millones de euros, que es un Parque de Investigaciones Científicas de Barcelona, que reúne a varios centros; y vinimos aquí y nos fuimos quedando. Se puede trabajar muy bien, todavía hay dinero, dentro de lo que cabe en esta crisis que se vive». Sentimos una deuda con nuestro país Con su familia formada, un hijo mayor que ya está por ingresar a la Facultad, les resulta cada vez más dificil volver. Vino en el verano con su familia y cada dos años regresa al país. «La idea era volver, intentamos volver cada año, en las vacaciones de los chicos, cada dos años volvemos, y por ahora nos quedamos aquí en Barcelona. Y ahora nuestro hijo más grande va a empezar la Universidad, entonces cada vez cuesta más pegar la vuelta. Nos hubiera gustado volver, porque nos formamos en una Universidad pública, y sentimos que tenemos una deuda con nuestro país, que es devolver lo que uno aprendió. «Hay chicos de Argentina que han venido a hacer pasantías, con una excelente formación. Este Centro tiene acceso a montón de tecnología, uno puede avanzar más rápido. Este trabajo llevó unos 3 años», explicó la trelewense, que gracias a este estudio proporciona nuevas esperanzas en los pacientes oncológicos.